Una visita al Museo Arqueológico de Murcia (MAM)


El pasado miércoles 22 acudí, junto con el resto de mis compañeros, al Museo Arqueológico de Murcia (MAM), situado en el Paseo de Alfonso X, para realizar una visita orientada al aprendizaje de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). 

Allí fuimos recibidos por el director de este, Luis E. De Miquel Santed y su equipo. Estos nos brindaron una interesante charla sobre la aplicación de las TIC en la gestión y difusión del patrimonio arqueológico, tras lo cual procedieron a mostrar el empleo de estas en dicho museo.

Así pues, durante los últimos doce años, el Museo Arqueológico de Murcia ha llevado a cabo una modernización tecnológica (en cinco fases consecutivas) que se puede observar en la visita al mismo, tanto virtual como física. 

[Fotografía Leonor Baeza]. (Murcia, 2019)

La primera de estas consistió en la puesta de carteles junto a las piezas expuestas (un dato curioso es que en la actualidad estas alcanzan la cifra de 2,500 en la exposición permanente), tras lo cual se procedió a la inclusión de ilustraciones y vídeos en las etapas siguientes. Pronto, sin embargo, esto quedó obsoleto, por lo que se comenzó a incluir reconstrucciones virtuales.

Actualmente, no obstante, estas prácticas también están anticuadas ( al fin y al cabo ¿a quién no le resulta aburrido una visita preestablecida, en la cual no puedas interactuar con las exposiciones?), encontrándose ahora el equipo museístico en una fase de interactividad. Esto es, su objetivo es crear un museo más personalizado, en el cual el visitante elija el modo y la cantidad de información que precisa.

Para lograrlo, el Museo Arqueológico de Murcia ha implementado el uso de un App y códigos QR de uso genérico y útiles, además, para personas sin visión. En este sentido, debo reseñar favorablemente que esta App puede ser descargada y empleada de manera gratuita y mediante el uso del WIFI disponible.

[Fotografía Esmeralda Díaz Aroca]. (Murcia, 2019)

De esta manera, es el visitante (cualquier persona que tenga un mismo interés por las exposiciones accesible en el MAM) el que elige la información que desea recibir (vídeos, artículos académicos, imágenes, reconstrucciones, mapas…), ya que en primera plana sólo está disponible una descripción básica de las piezas.

Por consiguiente, estamos ante un proceso de creación conceptual, es decir, ante el nacimiento de los llamados museos a la carta que permiten al visitante acudir con sus hijos menores o con personas con algún grado de incapacidad ocular, etc., puesto que esta App cuenta con etiquetas especificas para este tipo de público (etiqueta KIDS: juegos, mapas …) y con modificaciones visuales (cambio de color, ampliación de la letra o imágenes).

No obstante, todo esto también cuenta con unas serie de inconvenientes que yo misma sufrí. Y es que, en muchas ocasiones, pese al pequeño tamaño del App, nuestros móviles ya no cuentan con el espacio suficiente para su descarga, perdiendo, así, la oportunidad de aumentar nuestros conocimientos.

Otro hecho que me es reticente es la posibilidad de visitar el museo desde casa, esto es, el App (accesible en varios idiomas) ayuda a acudir virtualmente al MAM. Pese a que el móvil sea una herramienta muy útil, no piense que incentive a asistir a este espacio, ya que este museo es visitado, principalmente, por murcianos.

Asimismo, otro inconveniente, reconocido por el mismo equipo durante nuestra visita, es la oscuridad del Museo Arqueológico de Murcia, la cual dificultó el desarrollo de los códigos QR y del App. En este sentido, quiero señalar que, en mi opinión, la oscuridad de este museo es, en algunos puntos excesiva, pareciéndome más adecuada la del Museo Arqueológico Municipal “Cayetano de Mergelina” (situado en Yecla y también visitado durante esta semana), pues permite una mejor visión y provoca, además, una sensación menor de agobio.

[Fotografía Leonor Baeza]. (Murcia, 2019)
                          
Por tanto, yo eliminaría el alto grado de oscuridad imperante en el Museo Arqueológico de Murcia, lo que ayudaría tener una mejor visión, una menor sensación de ansiedad y permitiría una mayor evolución del App. En cuanto a esta última, pienso que es correcta técnica y temáticamente. Si bien, si tuviese que desarrollar un programa tecnológico similar en relación con mi personaje, Thomas More, y la musealización de un espacio, digamos en Londres (lugar de su nacimiento y muerte), emplearía unas técnicas similares a las empleadas aquí: uso de códigos  QR y App. 

No obstante, dicha exposición no sería en un espacio oscuro, sino en uno diáfano, lo que posibilitaría un mejor acceso a dichas etiquetas. Asimismo, el App, traducida en diversos idiomas (no en vano estamos ante un personaje de relevancia mundial), contaría con mapas, referentes a los lugares en los que se desarrolló su vida; artículos académicos, centrados en el análisis de su obra; vídeos documentales e imágenes no disponibles en la exposición. De esta manera, el visitante ampliaría los conocimientos dados en la muestra, los cuales no serían sustituidos. Una exposición que contaría, en este sentido, con cuadros (como el de Hans Holbein el Joven) y piezas, tales como manuscritos de sus obras u objetos más personales.

Esta App, además, contaría con las mismas ventajas que la realizada por el MAM, esto es, cambios de color, ampliación de letras e imágenes, espacios para niños, etc. Sin embargo, respecto a estos últimos, también crearía un espacio físico en el que los adultos pudiesen dejar a sus descendientes, los cuales se acercarían a esta figura humanista de otra forma: vídeos, replicas, textos e imágenes que pudiesen manipular. Ayudando, así, al desarrollo creativo de los menores.

En definitiva, de esta forma, desarrollaría mi propio concepto de museo a la carta, valiéndome de las TIC, pero dando mi propio toque personal, incentivando a la visita y creando un ambiente cálido. Por último, me gustaría dar las gracias al director del museo Luis E. De Miquel Santed y su equipo por un recibimiento, nuevamente, tan amable como acostumbran.

[Fotografía Jaime Vizcaíno]. (Murcia, 2019).

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